El fín de DMOZ marca el punto y aparte en la historia de las personas intentando clasificar y organizar la web. Es un tanto agridulce, pero tras tantos años de servicio al final se retira.
Si has vivido los tiempos del SEO desde sus inicios, seguramente te recordarás esforzándote al máximo tratando de conseguir que tu página apareciese en DMOZ. Enviándola docenas de veces, hasta que a algún editor le daba por aceptarla.
Esa satisfacción al saber que ya habías caído en los clasificados más importantes del mundo, y que tu página perduraría y tendría mejor posicionamiento.
DMOZ cierra sus puertas y deja paso al automatismo
Detrás de DMOZ había miles de editores, que cada día revisaban páginas web y decidían si merecían estar ahí o no. Era una mano de obra no remunerada, solo por el privilegio de poder contribuir en esa causa, pero poco a poco ha ido degradándose.
No porque su trabajo fuese peor sino porque los algoritmos automatizados son ya bastante capaces de imitar este tipo de análisis. Al final es lo que ha llevado al cierre de DMOZ después de más de 19 años al servicio de la web.
Esta decisión que no ha sido sencilla, marca un hito en la historia. El fín de los humanos tratando de clasificar la web, y el paso a las máquinas finalmente para ello.
Este proyecto nació para rivalizar con Yahoo Directory, pero tras la evolución de internet poco sentido tendría ya continuarlo, sobretodo ya que YD también cerró (y veremos la suerte que correrá su empresa madre).
Por si tienes nostalgia, el proyecto aunque cerrado sigue estando disponible para su visualización en el sitio oficial.
Por supuesto de nada vale que intentes registrarte o que lo tomes como referencia, pues igual que pasó con los móviles en su día, todo tiene un principio y un final.
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