Qué me dirías si supieras que la inversión multimillonaria de la marina española en submarinos es tirar el dinero. Atento, debido a un error de cálculo, tras realizar las medidas a la hora de diseñar los nuevos submarinos de la marina española, se comprobó que si éstos se lanzaran al agua, se hundirían como rocas.
Tras haber gastado 530 millones de euros de los 2200 millones contratados, los cálculos realizados por ingenieros demostraron que si los cuatro submarinos que se estaban creando para la marina española se ponían sobre el agua, serían incapaces de flotar.
Navantia, la constructora contratada para crear estos cuatro submarinos, «los más avanzados del mundo», afirma que el peso de los mismos excede en 100 toneladas el peso máximo que podría levantar, aunque achacan este fallo a injerencias por personas ajenas a la empresa, más en concreto, al mismo Ministerio de Defensa, que habría aumentado los requisitos de los submarinos sin tener en cuenta los inconvenientes y consecuencias de sus peticiones, ignorando las repercusiones de todos los equipos electrónicos y de combate que pidieron añadir a los buques desde 2005.
Dos posibles soluciones al problema del exceso de peso han sido propuestas: La primera consistiría en reducir el peso hasta que estuviese por debajo del máximo admitido de 2000 toneladas, mientras que la segunda opción sería alargar los submarinos para de la misma manera aumentar su peso máximo.
A simple vista la segunda parece más práctica, pero también sería la más cara, ya que cada metro extra de longitud en los submarinos añadiría al coste otros siete millones y medio.
Con todo esto, estos submarinos se retrasarán otro año y medio o dos años hasta ver la luz, cosa que la Armada explicará como que es normal en proyectos de esta complejidad.