En la misma convención donde se mostró un mando de WiiU hackeado, también se habló sobre una interesante vulnerabilidad que presentaban tanto tarjetas SD como MicroSD.
Dicha vulnerabilidad se debe básicamente al propio diseño en el que están basadas las tarjetas SD, ya que a medida que se reduce el tamaño de las tarjetas, aumentan los errores en los datos. Y no sólo por la reducción de tamaño, sino por el hecho de que ya de por sí toda la memoria flash viene cargada de fallos y problemas. Pero este es un problema que en ningún momento llegaremos a notar ya que todas las memorias de tipo flash tienen un pequeño controlador que se encarga de corregir errores y asegurar el correcto funcionamiento de la tarjeta.
La vulnerabilidad descubierta en las memorias flash se resume fácilmente en el hecho de que, en ciertas tarjetas, es posible ejecutar código arbitrario directamente en la tarjeta, lo cual puede ser un auténtico problema, como por ejemplo podría ocurrir que se flasheara una tarjeta para que reportara una capacidad incorrecta.
Pero por el lado bueno de las cosas, esto quiere decir que habría acceso a una fuente de microcontroladores económica, y además con una memoria flash directamente incorporada. Definitivamente no va a hacer frente a, por poner un ejemplo, un Arduino en número de entradas; pero con el precio actual de las tarjetas MicroSD es una alternativa que en un futuro podrá ser bastante interesante para pequeños proyectos.