El mundo del almacenamiento ha avanzado a pasos agigantados. Si bien es verdad que la llegada de los SSD nos han dado un buen empujón de rendimiento en los equipos, hay precios muy dispares, pero… ¿Merece la pena pagar por un SSD profesional?
Cuando hablamos de profesional o doméstico, normalmente en este tipo de productos la diferencia notable es la calidad. Si bien es verdad que puede haber algo de diferencia entre ellos en cuanto a materiales, prácticamente la construcción es la misma.
Qué diferencia hay entre un SSD profesional y uno normal
Si te paras a mirar detenidamente, un disco duro SSD con capacidad y especificaciones similares, puede tener precios muy dispares entre una versión básica, y otra certificada como enterprise, incluso llegando a triplicarlo.
-A fín de cuentas viene a ser lo mismo y no merece la pena- pensarás, y en parte tendrás razón, pero solo dependiendo del uso que le vayas a dar.
Seguramente, si sigues el blog, ya sabrás cuánto dura un ssd, y que su vida útil está limitada por el desgaste de escritura de las celdas. Esta es la primera mejora de las versiones enterprise en cuanto a las normales o domésticas.
El aprovisionamiento es la práctica de poner más cantidad de la necesaria, para que en caso de fallo se pueda sustituir algo roto por algo que funciona. En los discos SSD esto pasa con las celdas de escritura.
Como cada una se puede reescribir x veces, en el momento del fallo dejará de ser funcional. Para que un disco SSD dure más, los fabricantes meten más cantidad de celdas que las que realmente te venden, por ejemplo, en un disco de 512GB puede que haya más de 600GB, pero esos 88GB adicionales no los puedes ver ni usar.
Esto hace que el disco duro pueda seguir funcionando incluso tras perder un montón de gigas de las celdas iniciales, lo que le da mayor longevidad, y también seguridad ante pérdida de datos.
También las controladoras y forma de gestionar los datos cambia
Otra de las cosas que suele ser mejor, es la controladora de datos. Un disco SSD, a diferencia de los HDD anteriores, para poder escribir en una celda, primero la tiene que borrar.
Si cada vez que escribes, te paras a borrar, se provoca una caída de velocidad bastante sustancial (como la que vimos en la review del ssd chino). Para evitar estos retrasos, las controladoras buenas escriben en el espacio sin ocupar del disco, y borran más tarde las celdas que se hubiesen sustituído.
Los mejores, incluso integran caché, que permite seguir trabajando normalmente y borrar/escribir en diferido si la carga de trabajo es mayor (incluyendo la mejora anterior también).
Además, esto hace que las controladoras vayan escribiendo por igual todos los sectores del disco, por lo que el desgaste es más equilibrado y también aumenta la duración del SSD. Aunque es una navaja de doble filo, ya que el día que falle fallará por completo al estar todas las celdas destinadas a morir más o menos a la vez.
Precisamente por eso, si tu disco SSD empieza a darte problemas de lectura, lo mejor es no intentar usarlo para algo importante que te preocupe perder, ya que la integridad de los datos no está asegurada.
Conclusión
Los discos duros SSD profesionales, son sustancialmente mejores que los normales. El tema es que a no ser que tengas una empresa, te dediques a temas de servidores o servicios 24/7, o necesites una seguridad y garantía en tus datos, no lo necesitas.
Sobretodo también porque la diferencia de precio es tan grande que te sale más a cuenta simplemente comprar un modelo con más capacidad y mejor, por el mismo precio que te costase el que se te rompa (ya que actualizarás el hardware con las novedades del mercado).
Yo desde luego, tengo el ssd evo 840 desde hace varios años, y sí es verdad que procuro tener la mayor parte de la carga de escritura en segundo plano (que no es necesaria para que funcione el pc) en varios HDD. Estoy la mar de contento con él, y cuando expire su vida útil me haré con el siguiente modelo que mejores críticas tenga en ese momento.
¿Y tú, SSD enterprise o normal? ¿Y de qué capacidad? Comenta y comparte.