Aparentemente, uno de los primeros desarrolladores de juegos para Wii U sabía que la consola iba a fracasar desde un principio. Por supuesto, estamos hablando de la palabra de alguien que trabaja en el sector así que sus palabras revelarán la verdad.
Por lo visto, en una de las primeras reuniones que hubo, Nintendo dió las especificaciones de la nueva consola, que claramente sacrificaban potencia para obtener una consola lo más silenciosa posible. Con el fin de poder prepararse para desarrollar en la nueva consola, los desarrolladores montaron sus propias máquinas con características similares, y descubrieron un detalle un tanto alarmante: La nueva consola de Nintendo no iba a poder correr juegos con los requisitos de Xbox 360 o PS3.
Asombroso y revelador, ¿Verdad?
Todo lo contrario. Antes, los juegos no se realizaban tratando de exprimir todo el potencial del sistema e incluso en algunos casos, intentando sacar más de lo que tienen (como se puede poner por ejemplo cualquier juego de Xbox 360 o PS3 que se ralentice en algún momento), sino que el arte de crear videojuegos se basaba en obtener los mejores resultados posibles utilizando las limitaciones del sistema de formas creativas.
Así que el hecho de que la Wii U no fuese a poder correr juegos con la calidad de las consolas competidoras de la anterior generación no iba a ser un problema, porque la batalla de los gráficos es entre Sony y Microsoft.
No. El principal y único hecho realista del porqué el fracaso (inicial) de la última consola de Nintendo es por el simple hecho de que se lanzó al mercado demasiado pronto, para tratar de aprovechar el tirón de navidad, pero lamentablemente con una selección de juegos extremadamente limitada. Ese fué el verdadero factor limitante.
Aunque, por otra parte, es la única consola de última generación con retrocompatibilidad.