Con tanta información sobre XBOX One lanzada a diestro y siniestro, es probable que más que los precios de los juegos o de los periféricos, nos importe más qué habrá dentro de la caja cuando la compremos.
Empezando por lo obvio, dentro de la caja vendrá la susodicha consola, con disco duro de 500GB y su fuente de alimentación. Por supuesto, también incluirá un Kinect, como ya muchas veces nos han dicho que será algo necesario para que funcione la consola. Para conectarla a nuestro televisor, encontraremos un cable HDMI 1.4, cable con el cual podremos jugar en 1080p, 3D, o incluso en resolución 4K si tenemos un televisor compatible.
Para jugar propiamente dicho, tendremos un único mando inalámbrico, no incluye el kit juega y carga, cosa que al fin y al cabo no es tan mala si el mando va a pilas, ya que si las pilas se gastan se pueden cambiar en un momento y seguir jugando, y también encontraremos en la caja el auricular con micrófono para XBOX One, rompiendo así con nuestras espectativas de tener que comprarlo por separado después de que Microsoft dijese en varias ocasiones que no se incluiría por la sencilla razón de que Kinect puede hacer la misma función.
Casi es un alivio saber que no hará falta dejarse los pulmones gritándole a la tele para que te oigan mientras juegas online.